A Usted que me apoya:

Agradezco a Dios la oportunidad de saber que aún existen personas como usted, que aunque nadie las vea, ayudan un poco al mundo. Le agradezco por apoyarme, por tener en cuenta a alguien como yo. Quizás para usted el esfuerzo sea mucho, créame el mío también,  pero lo hago por ser alguien mejor de lo que hoy soy. Agradezco que, aunque usted no me conozca, me apoye y confié en mí, eso no lo hace cualquiera.

A mis 16 años he vivido duras experiencias, pero no me arrepiento porque me han hecho ser lo que hoy soy. Estar en segundo de preparatoria es toda una novedad en mi familia, ninguno de mis parientes ha llegado tan lejos en la escuela.  Soy originaria del estado de Guerrero y llegué a la Casa Hogar Luisa María Clar cuando tenía apenas doce. Recuerdo que lloraba y estaba asustada.  Al paso de los años me fui acostumbrando a este hermoso lugar, que ahora es mi hogar.

Gracias por ser parte de mi historia. Lo que usted hace por mí es mucho más de lo que ha hecho la gente que me conoce. Si usted decide seguir confiando en mí, mi vida seguirá cambiando para bien, podré seguir estudiando y llegar a la Universidad. Mi madre estará orgullosa de mí. Con su apoyo, tengo fe en mi futuro. Algún día me tocará tener su edad y quiero ser la que esté del otro lado, ayudando a gente que no conoce, como usted.

Me despido de usted, deseando poder volver a escribirle. Agradezco de todo corazón su tiempo, esfuerzo y paciencia al leer mi carta.

(Nota transcrita por Vicente)

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